Otros de los famosos dragones australianos es hawaiano, conocido como MOO-Kuna. “MOO” hace referencia a la figura de reptil, mientras que “kuna” alude a una criatura desconocida. Puesto que los hawaianos no tienen ninguna jerarquía animal establecida, debemos prestar atención al folklore popular para aprender de su raza mítica de dragones.
Originalmente, Kuna era una criatura malévola que ensuciaba las aguas de los canales y ríos, que desarrolló un gran odio por la diosa Hina, madre del héroe Maui. Por medio de engaños, logró conducirla hacia su cueva. El encuentro culminó con una batalla mágica entre los dos, que incluyó una competencia de cánticos y la maldición final proferida por Kuna. Hina, atrapada, llamó a Maui para que viniera a rescatarla, y éste atrapó al dragón gracias a un cubo mágico. Luego, lo quemó con lava. Los terremotos que se originaron a partir de esta batalla reflejan la creencia mítica de que las serpientes-dragones tuvieron importante influencia en la creación de la Tierra.
Kuna utilizó el agua para engañar a su enemigo, pero fue mediante el fuego –la lava– como el héroe Maui logró combatir al dragón y quemar su gruesa piel. Un elemento importante de esta mitología es que se invierten los roles de la naturaleza: el agua ya no se asocia con “lo bueno” y el fuego con “lo malo”, sino al revés.
Los dragones ocupan un papel primordial dentro de la cultura hawaiana: son criaturas veneradas a través de su dios, K-moho-alii, el rey de los dragones, conocido posteriormente como “El rey de los tiburones”. Son criaturas fabulosas dotadas de una multiplicidad de capacidades sobrenaturales: pueden sufrir diversas metamorfosis o generarlas en los demás. De la misma manera, los dragones son seres duales por naturaleza, que mantienen fuertes lazos con la tierra, los árboles y el mundo terrenal. Son criaturas heterogéneas; criaturas del aire cuyos lazos más fuertes están con agua.
Cabe destacar que en el norte de Australia, durante el rito de la circuncisión, la Serpiente del Arco Iris debe tragar al candidato, el cual pasa a un estado de inconsciencia próximo a la muerte. De este estado emerge con más fuerza y se dice que “vuelve a nacer”. Éste, como vemos, es un concepto enteramente espiritual.