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Teorías sobre Dragones

Algunos piensan que los dragones realmente existieron en tiempos inmemoriales, inspirándose en fantásticas leyendas que así lo afirman. Otros creen que fueron una variante biológica de los dinosaurios, aunque no existe evidencia empírica para apoyar esta tesis. Los arqueólogos e investigadores de criptozoología afirman que existieron lagartos gigantes de cualidades similares a las atribuidas a los dragones, a los que llamaron “Megalania”. Sin embargo, no resulta viable afirmar que se trataron de la misma clase de animales.

Otra creencia menos extendida es que los dragones fueron en realidad una clase de máquinas voladoras creadas por cierta cultura arcaica desconocida. Esta hipótesis, hoy por hoy, es considerada seudo-científica.

Antiguamente resultó plausible sostener que los primeros fósiles de dinosaurio encontrados fueron, en realidad, huesos de dragón. Un descubrimiento efectuado por Chang Qu durante el siglo III A.C. en Sichuan, China, catalogó los restos con ese rótulo.

Heródoto –llamado a menudo el padre de la historia– visitó Judea en el año 450 A.C. y escuchó hablar de la existencia de dragones enjaulados en Arabia, cerca de Petra, Jordania. Esto le despertó curiosidad, y decidió viajar allí. Según los testimonios escritos por este historiador, allí encontró dos especimenes de dragones con alas que habían sido encerrados en una jaula del hierro, a los que caracterizó como verdaderas “bestias feroces”. El Diario de Marco Polo explica que cuando éste se encontraba caminando por Anatolia, en Persia, encontró dragones vivos que volaban y que atacaron su caravana en medio del desierto. En estas crónicas, Marco Polo explicó que eran bestias espantosas que estuvieron a punto de matarlo.

Otra hipótesis: los cultores del Catastrofismo han sugerido que los cometas y lluvias de meteoros fueron los fenómenos astronómicos que dieron origen a las leyendas acerca de serpientes de fuego capaces de atravesar el firmamento a gran velocidad, y de ahí se forjó la creencia en los dragones.

Una afirmación menos creíble indica que el dragón fue una criatura compuesta. En muchas culturas está arraigada la idea de que los dragones poseen características de tres tipos de depredadores: poseen patas, garras, capacidad de arrastrarse y una astucia felina, por eso se parecen a los leopardos. Por su capacidad de volar y por tener su guarida en lugares alejados, generalmente rocosos, se los comparó con águilas. Pero los dragones guardan mayores similitudes con las serpientes; de hecho, nuestra palabra moderna “dragón” proviene indirectamente del griego, a través del latín, en que drako significa “serpiente”.

En los mitos helénicos aparecen muchas leyendas que mencionan estos animales fabulosos; generalmente, las serpientes o dragones custodian tesoros. Por ejemplo, el dragón Ladon, que cuidaba las manzanas de oro de las Hesperides, hijas de Atlas, quien sostenía el cielo sobre sus hombros. Otro dragón con características de serpiente custodiaba el paño de oro de Aetes, rey de Colchis, para protegerlo del robo de Jasón y de los argonautas.

Grito de Dragón


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